Carlota Pereda se presenta como una de las nuevas cineastas que prometen en el género de terror y en el panorama del cine español con Cerdita, un thriller dramático que trata sobre el acoso y el bullying durante la adolescencia. Antes de su estreno, hemos tenido la oportunidad de hablar con ella tras el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Cerdita antes de ser un largometraje fue un cortometraje ¿cuál fue la semilla que originó todo esto? ¿Qué te motivó a contar esta historia?
La historia surgió cuando acababa de ser madre, estaba en un momento en el que me entraron muchos miedos y una gran responsabilidad por ser una buena madre y quería hacer una historia que pudiera cambiar el mundo de mi hija, enseñar el daño que se puede hacer a la gente y lo que sufre, y es por ello que decidí hacer algo sobre el bullying. Esta idea cobró vida cuando estaba en la piscina de Villanueva de la Vera, donde rodamos el cortometraje y después la película. Allí vi a una chica a lo lejos que estaba en biquini y sin amigos y me dio por pensar que venía sola porque no quería que la vieran y puede que su motivo por el que iba sin nadie era muy distinto, pero ahí comenzó todo. Esto también me dio por pensar en mí misma y en esa situación que he vivido en repetidas veces y volviendo a casa con todo el calor del sol, empapada de sudor, me puse a escribir el cortometraje durante toda la tarde.
Entonces el bullying y la gordofobia son el detonante…
El bullying sí, pero la gordofobia no fue la idea central de la historia. En un principio quise abordar la homofobia y cómo afectaba salir del armario durante la adolescencia en un ambiente cerrado como es en un pueblo, quería que la protagonista no pudiera escapar, pero no acababa de cuadrar. Al final decidí enfocarme en la gordofobia porque me di cuenta que lo que impera es cómo te ve el resto, y además que ese miedo sobre tu cuerpo se produce en la adolescencia, cuando todo el mundo está constantemente criticando porque está a la vista. Y ese ambiente agobiante cuadraba más con esta idea de que de tu propio cuerpo no puedes salir.
Has dicho que has vivido bullying, ¿has vivido una situación parecida a la de Sara o has tenido de cerca un caso de bullying que te haya ayudado a abordar esta situación y reflejarlo de una manera tan clara?
Yo he sufrido bullying en primera persona durante el colegio, desde que era muy pequeña. Normalmente el bullying se suele desarrollar en la adolescencia, pero en mi caso se dio mucho antes y me marcó profundamente. También he presenciado bullying, y a veces he dicho algo y en otras ocasiones me he callado para que no me lo hicieran a mí. Y en esas veces que me he callado las he sentido con más violencia y dolor que las veces que me hacían a mí, porque el no hacer nada es una cosa que te mancha. Mi objetivo al hacer la película era que el espectador se pusiera en los pies de Sara, y que entendieran lo que es ser ella, que se siente cuando sucede eso. Cuando eres adolescente es una broma, a lo que las personas adultas suelen decir: “son cosas de críos” pero no, es una violencia que hay que parar, y de raíz.
Frente al corto, el largometraje es una obra más madura, ¿de qué querías alejarte y qué querías recuperar en relación a todo lo que habías grabado antes?
Cuando haces un cortometraje estás haciendo algo muy abstracto. En catorce minutos si te pones a hacer un mundo muy colorido y con muchos matices todo acaba siendo ruidos. Por ejemplo, en el corto, en el caso del personaje de Sara no sabemos absolutamente nada de ella, y las tres chicas son como las tres brujas de Macbeth que casi ni se las puede diferenciar porque tienen el mismo vestuario y el mismo pelo, ejerciendo el mismo papel. En este espacio narrativo, todo tenía que ser mucho más preciso, en cambio, en la película he tenido la oportunidad de crear un mundo, mucho más rico en el que he podido crear varias capas y dar lugar a verdaderas personas, no a extracciones de personajes como pasa en el corto, alejándome de todo eso. Son dos obras totalmente diferentes y cada una tiene su propio encanto.
¿Qué ha significado volver a esa mítica piscina y volver a regrabar esa secuencia? ¿cómo se te ocurrió grabarla?
Grabar esa secuencia ha sido una experiencia distinta en cada grabación porque el personaje de Sara en el corto no era el mismo que el de la película, y por lo tanto todo su desarrollo era diferente. En el caso de la película esta secuencia de la piscina es la que explica al personaje, entonces era importante entender hasta donde íbamos a llegar, cuál era el motivo y como iba a afectar al personaje. A parte, es una piscina a la que estado yendo mucho después del corto, por lo que no ha sido un reencuentro, sino ha sido como volver a casa, porque en realidad no he dejado de ir. Y esta secuencia surgió todo a la vez, no fue primero la idea de la secuencia y luego busqué una localización, era la historia de ese lugar. Para mí era inconcebible no grabarlo allí, y aunque estábamos mirando más localizaciones en el caso de que hubiera imprevistos o no nos dejaran grabar para mí era difícil encontrar algo que tuviera esa misma fuerza.
Como directora has elegido el formato de 4:3. Es curioso porque ahora hay una predilección por este formato, ¿cuál es el motivo de tu elección?
He elegido el formato de 4:3 porque es el formato que más relevancia da al cuerpo humano y el que fuerza a cuadrar en base a este. Era algo que nos interesaba tanto a la directora de fotografía como a mí porque el cuerpo es uno de los temas principales del film. Por otra parte, este formato hace que la imagen sea más claustrofóbica, no tienes los márgenes ni el espacio ni tienes tampoco los grandes paisajes para respirar, y eso ayudaba a que la imagen se centrase en el cuerpo. Además, este formato me recordaba a mi infancia y las películas clásicas además que también era el formato de las fotografías. Además, en el caso de los adolescentes este tipo de formato recuerda a las publicaciones de Instagram, esto fue algo que me hizo mucha gracia y fue otro de los motivos de mi elección.
Laura Galán ha sido la única que ha sobrevivido al cambio de actores en relación al cortometraje, además, tal y como nos has dicho en la película tenemos personajes totalmente diferentes, ¿cómo has manejado estos cambios?
Sí, todos los personajes han cambiado, por ejemplo, el personaje del desconocido interpretado en el corto por Paco Hidalgo al ser más mayor que Laura daba lugar a una situación extraña como de abuso sexual que no me interesaba. Me planteé que quedara como su padre, pero no me gustaba el rollo del síndrome de Estocolmo, sabía que me iba a distraer de la historia y eso no podía ser, por lo que opté por cambiar de actor y al personaje. En otros casos estos cambios ha sido motivos de distintos tipos como por ejemplo problemas de agenda, aun así, las nuevas incorporaciones son maravillosas, me encantaría volver a trabajar con todos.
Has contado con Carmen Machi, ¿cómo ha sido trabajar con uno de los iconos del cine español?
Un gusto porque es una actriz que confió en el proyecto desde el principio. Le gustó el guion y ha hecho lo imposible por estar aquí cambiando cambiado fechas y compromisos, que quisiera estar con nosotros ha sido un sueño. El tono de la película era Carmen Machi, sin ella no sería igual. Es drama, comedia, es real… simplemente es maravillosa, y el hecho que quisiera estar con nosotros ha sido una gran oportunidad para hacer de esta película un gran film.
Una parte muy importante de la película es la figura de la madre de Sara, ¿cómo has creado el personaje de la madre de Sara? ¿has canalizado algo de Carlota como madre?
La madre de Sara no es para nada yo como madre, la creación de ese personaje ha surgido a partir de mujeres que he visto yo, ya sean madres de amigas o gente cercana, pero no me he inspirado ni en mí ni en mi madre. Al final esta figura es el reflejo de gente que he visto, el comportamiento de gente de mi pueblo, de otros pueblos… es una forma de ver a cómo ciertas madres, sobrepasadas por el día a día tratan a sus hijos desde la irritación. Yo tengo una hija de siete años y tengo un miedo a que hacer con mi hija esto, más bien este personaje lo he creado desde el sarcasmo y desde la incomprensión del sufrimiento de los hijos.
Es complicado la conciliación laboral siendo madre, ¿cómo ha vivido tu hija todo el proceso de realización de esta peli?
Con mucha dificultad y porque tengo una pareja que hace que esto sea posible. Aun así, la conciliación laboral no existe, porque significa que no estás y que otra persona ocupa tu lugar, pero tú no estás todo lo que te gustaría estar. Te puedes apañar, pero lo haces para trabajar, no para tener todo. Aun así, intenté que estuviera mi hija en el rodaje, hicimos una guardería en Villanueva de la Vera para todo el equipo técnico y poder facilitar la conciliación, porque si no vete fuera tanto tiempo sin ver a tus hijos… es una putada. Aun así, mi hija lo está viviendo esto como un juego, no ha visto obviamente la película, pero le encanta todo lo que ha visto. Es muy fan de Laura Galán, y el otro día estaba muy emocionada viendo los carteles de la película en la calle, y claro, ha estado en el rodaje, ha visto varias secuencias, pero para ella es algo abstracto y ver el cartel con Laura y el nombre de su madre le emocionó mucho.
Has estado en Sundance, San Sebastián, Sitges, ¿qué está suponiendo para ti que este proyecto tan personal haya llegado a este lugar? ¿sigues teniendo la misma ilusión del principio, o lo ves de otra manera, con los pies en la tierra? ¿por fin has cumplido tu sueño de ser directora de cine?
Lo bueno que tiene esta película es como si ya la hubiera parido y de repente tienes a tu hijo en el mundo. Ya no es mi película y tiene que andar por sí misma y va a haber mucha gente que la va a cuidar bien, ya no puedo hacer más por ella que dejar a la gente que la vea y este proceso es mucho más tranquilo. Como soy mayor, ya me pilla como algo que me hace feliz pero no me vuelve loca, me centro más en seguir trabajando, porque a mí lo que me preocupa es poder seguir haciendo el cine, el cine que a mí me gusta y a mi manera. Siempre he querido ser directora de cine, desde que supe lo que era. De pequeña pensaba que los actores se dirigían y se escribían las cosas ellos mismos, pero desde que supe lo que era, siempre he querido ser directora y escritora. La expresión de cumplir un sueño me repatea, no me gusta, es un poco cursi, simplemente creo que estoy en proceso de serlo y aprender y eso no acaba nunca.
¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿Piensas seguir por el género del terror o quieres introducirte en otros géneros?
Bueno, yo iré contando las historias que me mueva, independientemente del género que sean, ya sea porque es un guion que me llena y me emociona, o porque es una historia que me interesa. A mí me gusta el cine de género, pero me gusta el cine en general, así que estaré donde las historias me requieran. Lo único que puedo decir es que el siguiente proyecto en el que estoy trabajando ahora es también una película de género.
¿Por qué la gente debe ver Cerdita?
Porque se lo van a pasar muy bien pasándolo muy mal.