Boy from heaven, un complejo pero arriesgado thriller

Boy From Heaven es una Película sueca escrita y dirigida por Tarik Saleh, el director de cine y productor de televisión sueco de origen egipcio conocido por El Cairo confidencial (2017). Ganadora del premio al mejor guion en el Festival de Cannes, se nos muestra un thriller desgarrador situado en Egipto, donde política, y religión luchan por el control de un país. 

La historia se centra en Adam (Tawfeek Barhom), un joven que es hijo de un pescador que vive en un pueblo remoto de Egipto. Su gran talento e inteligencia le llevan a ser aceptado en la célebre universidad de Al-Azhar de El Cairo, el centro del poder del islam sunita. Alentado por su tutor, Adam decide ir y lo que él pensaba que iba a ser una experiencia llena de conocimiento y formación personal, se convertirá en su mayor pesadilla. El primer día de clases muere el Gran Imán, lo que desata una lucha de poder entre las élites religiosas y el gobierno, siendo Adam una pieza de ajedrez en un complejo tablero donde tiene todas las de perder. 

Nos encontramos con un guion complejo que sigue las reglas del thriller a la perfección, con todos los elementos necesarios: una conspiración, dos bandos que buscan el mismo objetivo, un protagonista que no es dueño de su destino… sin embargo, no acaban de converger todos los elementos para el resultado final. De partida, nos hallamos frente un complejo contexto sociopolítico que la mayoría del público desconoce: Egipto es uno de los países con un sistema político tan opaco del que apenas se tiene información. Esta complejidad de la que se da por sentado que el espectador conoce provocan un gran desconcierto y rechazo que en determinados momentos no se consigue ni empatizar ni conectar con los personajes ni con la trama. Además de esta complejidad nos encontramos con un ritmo lento que hace que la historia no avance. Son 126 minutos frustrantes en los que en ocasiones la tensión no acaba de cobrar forma, pues en determinados momentos es excesiva y en otras es inexistente. 

Por otra parte, aunque las interpretaciones del elenco son buenas, la de Tawfeek Barhom no acaba de cobrar forma. No aporta nada al personaje principal, es simple y sin ninguna intención, no se aprecia una gran evolución desde el principio al final de la historia, simplemente parece un mero conductor que no tiene nada que hacer. Su compañero, Fares Azar parece que tiene mucho más que aportar, haciendo suyo al personaje, siendo el más destacable de todo el gran elenco que tiene el film. 

Todo esto se debe a la dirección de Tarik Saleh, a pesar de una gran investigación y una gran elección de elementos como vestuario o localizaciones la historia no acaba de llegar al espectador, por lo que falla tanto en la dirección de actores como en el desarrollo del guion. Tal vez sea un proyecto demasiado ambicioso al que debería haber dado un espacio y un tiempo para perfeccionar porque se nota una excesiva precipitación en determinados elementos. 

Sin embargo, uno de los elementos más notables del film es la dirección de fotografía. Nos encontramos con una cuidada elección de planos y de juegos con la profundidad de plano y foco, dignos de una película de Hollywood de primer nivel. Se utiliza la multitud, los colores, el vestuario todo por y para la creación de la historia, que a pesar de ser confusa a nivel narrativa se queda grabada en la retina del espectador. 

Boy from heaven es una apuesta arriesgada que a pesar de tener todos los elementos adecuados para tener un buen resultado no consigue llega a donde se propone. Recuerda mucho a la obra El nombre de la Rosa, pero no se consigue a llegar a ningún punto, una pena porque podría haber sido una de las obras más interesantes del 2022.

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