Extraña Forma de Vida es el nuevo mediometraje de Pedro Almodóvar, el conocido director, productor y guionista español ganador de varios Oscar y Goyas a lo largo de su amplia y reconocida trayectoria. Extraña forma de vida o Strange Way of Life es un Western que está levantando todas las miradas hacia el director manchego gracias a su colaboración con la marca de alta costura Saint Laurent.
La historia de Extraña Forma de Vida se centra en un hombre, Silva (Pedro Pascal). Éste cruza a caballo el desierto que separa su pequeño rancho de Bitter Creek, una pequeña población vive el Sheriff Jake (Ethan Hawke). Sin embargo, este encuentro entre ambos hombres con un pretexto de honor y justicia se mezcla con el amor que compartieron hace veinticinco años cuando trabajaban como pistoleros a sueldo.
Nos encontramos con una historia que sabe a poco. Treinta minutos parecen mucho pero realmente dejan con ganas de saber más. Almodóvar explora un nicho nuevo dentro del western, la homosexualidad en el viejo oeste. Un tema poco tratado dentro del género pero que sin embargo el director sabe llevarlo a su terreno a través de pequeños detalles como la intimidad o la exploración de los sentimientos en el mundo masculino. Sin embargo, la historia en ocasiones quiere contar más del espacio que tiene y da rabia ver eso, pues es de las pocas historias en el festival que dejan con ganas de saber más y un buen sabor de boca de la mano.
Extraña Forma de Vida consigue sacar lo mejor de Almodóvar
En cuanto a la creación de personajes y la interpretación de sus protagonistas quien más brilla es Pedro Pascal, el hombre del momento. Sabe qué decir y cómo decirlo, parece que toda la vida ha sido un cowboy, donde su chaqueta verde de la alta casa de moda le queda como un guante. Por otra parte, Ethan Hawke está correcto dentro de su rol, sin embargo, su interpretación y su química con Pedro Pascal en determinados momentos se siente impostada y poco creíble.
Por otra parte, el resto del elenco de los nuevos chicos Almodóvar por mucho que les dé importancia en la promoción del mediometraje realmente salen apenas uno o dos minutos, algo que desilusiona enormemente, pues una de las grandes apuestas de Almodóvar a lo largo de su carrera, que es mostrar nuevas caras, en este caso son un pretexto más que otra cosa.
Manu Ríos, el más reconocido frente al resto del elenco realmente sale un minuto cantando una canción en playoff y no aporta nada a la trama, se utiliza mucho su cara bonita más que otra cosa, perpetuando el papel de modelo y que no demuestra si vale o no para continuar dentro del cine español. A diferencia de éste, Jason Fernández y José Condessa tienen algo más de relevancia en la trama interpretando a Silva y al Sheriff cuando eran jóvenes, pero su secuencia no dura más de dos minutos apenas en las que no se puede valorar su interpretación a penas. Por otra parte, George Steane, el menos conocido de todos tiene un papel relevante en el film y es el que más brilla entre todos. Tiene templanza y empasta muy bien con Pedro Pascal, donde en determinados momentos se vislumbra su inexperta actuación frente a la cámara pero que tiene un gran potencial si quiere seguir actuando.
Extraña Forma de vida es el mix perfecto entre el Western clásico y la modernidad de la mano de Saint Laurent
José Luis Alcaine consigue a través de un género al que no está acostumbrado a dar lo mejor de sí mismo. Hay referencias a grandes clásicos del Western como el mítico plano de Centauros del Desierto, donde se pasa del interior al exterior desde un plano a penas oscuro a un exterior lleno de luz y color. Su trabajo a manos de la escenografía y el vestuario de la gran casa de moda, Saint Laurent, brillan enormemente. Alcaine consigue que todos los elementos trabajen para que brillen entre sí y den lugar a un Western reconocible en los apenas treinta minutos que dura el film.
Por otra parte, es importante sobresaltar la labor de Alberto Iglesias, el reconocido compositor y gran colaborador de Pedro Almodóvar. Sale de su espacio natural y se ha adentrado a un nuevo género musical en el que consigue sobresalir con creces. Se nota inspiración del gran maestro Ennio Morricone y los grandes westerns de los setenta que se rodaron en España durante la época, dando lugar con un gran trabajo que se cuela en los oídos de los espectadores.
En apenas treinta minutos encontramos con una gran historia que a todos nos hubiera gustado que se alargase. Obviamente a los grandes enamorados del western tal vez no sea de su mayor agrado por tal vez el vestuario o los brillantes revólver que acaban de salir de la caja, sin embargo, nos encontramos con una apuesta interesante donde se trabaja la humanización del western y la apuesta por elementos no muy comunes en el género. Sin duda, una apuesta arriesgada y bien llevada a cabo.