Formado como ingeniero aeronáutico, Mohamed Kordofani dejó a un lado su carrera de ingeniero aeronáutico para montar su propio estudio de producción. Al mismo tiempo, el cineasta trabajó en su ópera prima, Goodbye Julia, una reflexiva película que, presentada en Un Certain Regard, tiene el honor en esta 76 edición de representar a Sudán por primera vez en la historia, en la Sección Oficial del Festival de Cannes.
Mohamed Kordofani intenta con Goodbye Julia hacer un intento de concienciar al mundo sobre un intento de un acercamiento entre su país, Sudán, y Sudán del Sur, que se independizó en 2011. Minadas por el racismo, la guerra y la inestabilidad política, las relaciones entre ambos territorios y sus gentes siguen siendo a día de hoy tensas. Goodbye Julia reúne en este largometraje tanto a personas del norte como del sur. El largometraje es protagonizado por mujeres de ambos países, vinculadas por una tragedia que afecta de forma diferente a cada una de ellas, dejando claro a lo largo de toda la película el trato y desprecio dado a los habitantes provenientes del país contrario.
Ambientada en la región de Kartum, en vísperas de la división de Sudán, Mona (Eiman Yousif), una antigua cantante de Sudán del Norte, atropella por error al hijo de Julia (Siran Riak), que influida por el miedo que la sociedad le ha impuesto sobre la gente procedente de Sudán del Sur, se da a la fuga, siendo perseguido por el marido de Julia, que acaba siendo asesinado por un malentendido. Mona intenta enmendar su error buscando a a la familia del hombre asesinado sobornando a los cuerpos policiales, y finalmente contratando a Julia, ahora viuda y sola con su hijo, como criada, ofreciéndole una buena calidad de vida. Arrepentida e incapaz de confesar su crimen, Mona decide dejar atrás el pasado y adaptarse a su nueva situación, intentando buscar indirectamente el perdón de Julia a través de actos solidarios.
Según palabras del propio director, Goodbye Julia «Es un llamamiento a mantener la unidad de lo que queda de Sudán”. Los retratos de mujeres fuertes como Mona y Julia acompañan el mensaje político de la película. A través de sus vidas cotidianas, se hace concienciar al espectador, abordando gran cantidad de problemas de la sociedad: la culpa, la revelación, la injusticia y la corrupción, pero sobre todo, el director logra dejar claro en Goodbye Julia cómo el conservadurismo y el patriarcado afectan duramente a la vida de la mujer, ya no solo en Sudán y en la propia película, sino en todo el mundo.
Con una duración exacta de 120 minutos, Goodbye Julia es protagonizada por Eiman Yousif, Siran Riak, Nazar Goma y Ger Duany. El largometraje ha sido producido por Dolce Vita Films junto a Riverflower, y las ventas en el extranjero serán llevadas a cabo por MAD Solutions.