Viernes 16. Los cines Victoria Mérida están en silencio. Luces apagadas, sillones vacíos. La pantalla está en blanco y el proyector está callado. Son las 20:00. Sólo queda una hora. El Festival de Cine Inédito de Mérida está a punto de comenzar. Un año más, todo está preparado para traer a los cinéfilos emeritenses lo mejor de lo mejor de la cosecha independiente, y en su mayoría de edad, las expectativas son altas. 21:00, se encienden las luces, se abren las puertas, el proyector está encendido. Empieza una semana donde el séptimo arte es el centro de Mérida.
Hace dieciocho años que nació el Festival de Cine Inédito de Mérida. Ángel Briz Hernández y David Garrido Bazán apostaron todo para que el cine independiente llegase a las salas de Mérida. Y siguen teniendo la misma ilusión y el mismo cariño que el primer día. Ambos siguen velando para que el cine sea visto en la gran pantalla, que todo tipo de creadores tengan voz y voto y sobre todo, que el cine independiente llegue más allá de las grandes capitales españolas.
Las salas poco a poco están perdiendo a su público. El cine, ese gran espacio donde se reunía todo el mundo y disfrutaba conjuntamente, comiendo, riendo, llorando, sonriendo… cada vez está más vacío, y parece que los Festivales de Cine son los únicos que parecen que intentan mantener la esencia de la creación del cine, acudir a la gran pantalla para ver historias, para emprender viajes únicos que en algunas ocasiones nos marcan para siempre.
"Cuesta mucho hacer una película, hay mucha gente detrás, son muchos y diversos los profesionales que han trabajado dando lo mejor de ellos mismos, para poder mostrarnos una obra que nosotros los espectadores tenemos que destacar, y solo podemos hacerlo yendo a las salas."
Ángel Briz Hernández
Somos niños cada vez que vemos una película, el cine nos engatusa, nos despierta una magia interna que no sabíamos que existía y este arte, este maravilloso arte, es parte de nosotros, de nuestro viaje personal y existencial. Siempre habrá una película para cada etapa de nuestra vida, y como un chaval cuando cumple dieciocho años, la mayoría de edad del Festival de Cine Inédito de Mérida emprende un viaje hacia un nuevo horizonte.
Todas las películas que incorpora la Sección Oficial tienen un viaje, tal y como nos cuenta David Garrido Bazán en la revista del Festival, los protagonistas buscan encontrar una parte de sí mismos, como las producciones españolas El sueño de la Sultana y La Estrella Azul, donde los personajes emprenden un viaje a la India y Argentina, dos travesías que indagan el mundo interior de estos.
"Para esta 18ª edición [...] retomo la idea de ver el FCI Mérida como un viaje. Los viajes pueden ser muy planificados, pero siempre tienen su parte de riesgo y hay que dejar siempre espacio para sorprenderse y vivir un carrusel de emociones. En eso les aseguro que este XVIII FCI Mérida, como de costumbre, no va a decepcionarles"
David Garrido Bazán
Por otra parte, el viaje de lo rural a lo urbano se encarna bajo La Quimera. Hay una resonancia muy cercana entre el protagonista y la ciudad de Mérida, donde el protagonista siente bajo tierra los restos arqueológicos. Asimismo, La Espera, una historia basada en los años setenta, muestra el mundo rural y la caza de una forma única, siguiendo los referentes de Mario Camus o Carlos Saura.
Sleep o Perfect Days, así como Remember y Belle (estas dos últimas muy presentes en los talleres del Festival) están muy unidas hacia un viaje hacia un tipo de cine muy concreto, el cine asiático, hacia el descubrimiento de sus ciudades y a sus habitantes, su pensamiento y su forma de sentir.
Por otra parte, Fallen Leaves, es un viaje hacia una historia de amor de dos personas que se conocen en un cine, donde la ternura, la bondad y la inocencia llevan de la mano al espectador. Estas emociones tan puras coinciden con ¡Linda Quiere Pollo! la película de animación que nos transporta a Francia, donde una niña solo quiere comer su plato favorito en un día de huelga general. Este film que aparenta ser de tono infantil esconde más allá de lo que los ojos ven.
Los Cines Victoria, la Fundación Caja Badajoz, la Junta de Extremadura (Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deporte) y el Ayuntamiento de Mérida han hecho posible que este proyecto siga adelante otro año más.
Y el punto final de este viaje de transformación nos llevará a conocer Las Cuatro Hijas. Una historia inspirada en hechos reales que nos conectará con cinco mujeres de Túnez. En esta ocasión, a diferencia de las anteriores, nos transportaremos al pasado, tras la Primavera árabe, donde se nos mostrará desde dentro un mundo desconocido y una realidad muy distinta a lo que se nos ha contado.
Aunque este parece el final del viaje, tal y como la vida misma, el Festival de Cine Inédito de Mérida tiene varios ases bajo la manga, como la película sorpresa del viernes 24 o la proyección del cortometraje Mi Zona, una pieza única de género con Paula Usero y Diego Anido.
Como se dice cuando uno embarca en avión: Queridos pasajeros, abróchense los cinturones. Abran la ventanilla, acomódense en su asiento y recuerden, disfruten del viaje que les tienen preparados el Festival Inédito de Cine de Mérida. ¡Que viva el cine!